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«EL PUBLICO ARGENTINO DEMANDA CALIDAD»

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La directora además es ingeniera (Foto gentileza).


A los cinco años de edad, Ligia Amadio toma contacto con el lenguaje de la música con sus primeros estudios de piano. En su juventud, egresó de la carrera de Ingeniería en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo, y se inscribió en la carrera de música en la Universidad de Campinas. Durante sus estudios en esa importante casa de ciencias aplicadas de São Paulo, fue pianista en el coro de la facultad de música; aquellas prácticas de pequeña comenzaron a dar frutos.

En las jornadas universitarias con el coral de Campinas, Ligia Amadio esclareció definitivamente su vocación para convertirse en directora musical. Sobradamente, la artista alcanzó su meta y en día es una de las directoras sudamericanas más destacadas. Su trayectoria internacional es amplísima; es la primera mujer en ganar el Concurso Internacional de Música de Tokio y recibió el premio a la Mejor Dirección de Orquesta que entrega la Asociación de Críticos de Arte de São Pablo, entre otros reconocimientos. En otro orden de actividad profesional, también organiza el Simposio sobre Mujeres Directoras, en Brasil.

La directora conoce de cerca algunos de los organismos sinfónicos más importantes de nuestro país, a raíz de sus frecuentes actuaciones en Argentina. Este viernes, precisamente, dirige por segunda vez la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe. Aprovechando su paso por el país, Clásica Córdoba entrevistó a Ligia Amadio.

– Usted ha dirigido en muchas ocasiones en Argentina y en diferentes orquestas del país. ¿Qué opinión le merece el trabajo de las orquestas en Argentina?
– Argentina es un país que tiene orquestas excelentes. Eso es natural porque tiene una población bastante preparada y culta, que demanda espectáculos de música clásica de calidad.

– En 2014, David García, director General de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, dijo que su nombramiento al frente de esa orquesta era un hito, dado que en el mundo de los directores, las mujeres son excluidas de esos cargos. ¿Cómo le ha resultado a usted moverse, desempeñarse, en una profesión que aún está muy identificada con los hombres?
– Para mi es muy natural, pero sigue siendo un terreno un poco prohibido para las mujeres. Yo misma, seguramente, tuve mis pasos acortados por ser mujer. Tratando de cambiar esa realidad, estoy organizando un Simposio sobre Mujeres Directoras, en São Paulo, Brasil, para discutir cuestiones relativas a esa temática, y un movimiento para la valorización del trabajo de la mujer directora en Latinoamérica. Muchas directoras se están uniendo a nosotras en ese importante movimiento. Para las directoras interesadas, nuestro website es www.mulheresregentes.org


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– ¿Qué le aportaron la matemática y la física a su carrera como directora musical

– Haberme graduado en Ingeniería en la Escuela Politécnica de Ingeniería de la Universidad de São Paulo, el más importante cursado brasileño en esa área, me ha preparado para la vida y para el estudio exigente de toda mi carrera como directora de orquesta. Las noches sin dormir que tenía que pasar en Ingeniería para estudiar, me entrenaron para el estudio de las grandes partituras orquestales. Obviamente, música también es física y matemática, y la arquitectura de las obras se comprende mejor teniendo un conocimiento matemático. También se hizo muy útil el estudio de tiempos y métodos para organizar los ensayos.

– ¿En qué momento tomó la decisión de dedicarse a la dirección?
– Durante el curso de Ingeniería, cuando empecé a frecuentar el Coral de la Universidad. Allí, mis conocimientos de piano, instrumento que estudiaba desde los cinco años de edad, se hicieron muy útiles, y me pedían para ensayar las filas vocales (sopranos, contraltos, tenores y bajos). Luego percibí mi verdadera vocación, y empecé a prepararme para entrar en la facultad de Música (dirección) así que terminase mis estudios de Ingeniería. Tenía 20 años.

– Por último, maestra, ¿Dónde comienza la tarea de dirigir una orquesta?
– La tarea de dirigir una orquesta empieza en casa, mucho antes de llegar al pódium, en el estudio exigente y profundo de la partitura que vamos a dirigir, del compositor, de las características estilísticas del período, y de la obra, etc. Y antes de eso, hay la elección de las obras, de su combinación, de acuerdo con las posibilidades de la orquesta que tendremos adelante, del público para quien nos vamos a presentar, y pensar las necesidades culturales de una colectividad.


Ligia Amadio dirigiendo la Filarmónica de Buenos Aires con Martha Argerich, solista.

 

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