Cita Directa

En las alturas de la música coral

Los conciertos en el templo jesuítico tienen una resonancia sin par.


«Podríamos decir que Francisco Guerrero encarna los ideales renacentistas del artista total, dedicado por igual a la acción y a la devoción», dice Guillermo Pellicer al definir la figura del compositor sevillano. Pellicer dirige el concierto dedicado enteramente a Francisco Guerrero, que el Coro de Cámara de Córdoba ofrece el próximo viernes 11, a las 21, en la Iglesia de la Compañía de Jesús, en Trejo esquina Caseros. La entrada es libre.

La actuación es una oportunidad para acceder a un músico que pertenece a uno de los centros musicales más importantes del Renacimiento español. En el siglo XVI, las catedrales de Sevilla, Santiago y Toledo eran una especie de conservatorios o salas de conciertos, a las que peregrinaban los cantantes y compositores del momento. Entrevistado por Clásica Córdoba, el director Guillermo Pellicer aborda la figura de Francisco Guerrero (1528-1599), en un contexto de cambios políticos y culturales.

– ¿Quién fue Francisco Guerrero?
– Debemos ubicarnos en pleno Renacimiento español. Francisco Guerrero fue un sacerdote católico, que vivió prácticamente toda su vida en Sevilla. Siendo niño, ingresa a la capilla de la Catedral de su ciudad natal. Allí recibe su primera formación musical de la mano de Pedro Fernández de Castilleja. Más tarde, el maestro Cristóbal de Morales lo tendrá entre sus alumnos. A los 17 años es nombrado Maestro de Capilla en Jaen, pero años después regresa nuevamente a Sevilla y se incorpora como cantor. Sin tener aún 30 años, era ya reconocido por sus composiciones y su obra era publicada en el extranjero.

– ¿Porqué suele afirmarse que Guerrero fue el compositor favorito de las catedrales españolas e hispanoamericanas?
– Sevilla fue la sede arzobispal de las nuevas diócesis que iban surgiendo en el «Nuevo Mundo». Las obras de Guerrero, así como también las de Victoria y Morales, se transcribían y partían al nuevo continente formando parte de las ceremonias religiosas. En 1650 se cantaba aún en Hispanoamérica su misa de difuntos, y su Liber Vespertarum era de uso ordinario en el canto del oficio solemne.

– ¿En qué atmósfera componía Guerrero Francisco?
– En los siglos XVI y XVII, Sevilla era una ciudad cosmopolita, un foco de atracción internacional. En su lema reza: «Quien no ha visto a Sevilla, no ha visto maravilla». En ella se había establecido la Casa de Contratación, ya que era el puerto natural de Indias y en su Catedral se había casado el emperador Carlos V en 1526. Francisco Guerrero compone, canta y participa activamente de sus obligaciones como sacerdote. Podríamos decir que encarna los ideales renacentistas del artista total, dedicado por igual a la acción y a la devoción.

– ¿Qué relación hay entre la obra de Francisco Guerrero y la América Colonial?
– El repertorio religioso de las colonias hispanoamericanas provenía principalmente de las catedrales de Sevilla y Toledo. Guerrero, Morales y Tomás Luis de Victoria, fueron admirados e interpretados en el Nuevo Mundo. Sin embargo, Guerrero fue el más popular. Dentro de la producción del maestro, encontramos sus «Canciones y villanescas espirituales», únicas en su género por estar en lengua vernácula. Quizá sea ésta la razón por la cual fueron tan interpretadas o quizá por la variedad de emociones que fue capaz de poner en su música. También podemos destacar que el texto de sus obras se comprende fácilmente debido a su predilección por la textura homofónica en donde subordina las voces inferiores a la voz superior. Sea cual fuere la razón, la popularidad de su música le sobrevivió por más de 50 años.

– Como sevillano que fue, y actor principal en la magnífica Catedral de Sevilla  ¿Hay señales árabes en las composiciones de Guerrero?
– Quizá puedan establecerse coincidencias y diferencias entre autores españoles, frente a los que representaban la polifonía italiana o flamenca de aquella época. Quizá también en estas diferencias, podamos encontrar giros melódicos distintivos de la polifonía española, muchos de ellos presentes en la música de Guerrero. Pero determinar cuales son las señales árabes específicamente en la música de Guerrero, sería una tarea musicológica a emprender.

– ¿De qué habla la canción profana en Guerrero? ¿Cómo es la poesía profana del autor?
– Su obra profana es escasa. Se cree que consta de 34 piezas, de las cuales sólo 20 las podemos encontrar en la colección de Villanescas. Según Francisco Pacheco: «las villanescas vienen a ser madrigales de carácter más popularista, como aproximación a modos de expresión pastoriles». Como los textos elegidos siempre corresponden a momentos de la vida de la Virgen y el Niño Dios podríamos hablar de villanescas espirituales y fueron compuestas en distintos periodos de su vida. Las que poseen un texto originariamente profano fueron concebidas en su juventud, cuando rondaba los veinte años de edad. Con posterioridad, a algunas de ellas fueron modificadas, transformándolas en religiosas, tal es el caso de «Prado verde y florido / Pan Divino y gracioso».

– Para esta función ¿Cuál es el repertorio que el coro interpreta? 
– El repertorio no es una síntesis de su obra, ni siquiera pretende ser una muestra de sus formas compositivas. Son obras que las he agrupado simplemente por su belleza y también quizá, si se me permite, las he elegido con algo de nostalgia, ya que a algunas de ellas las canté bajo la dirección del maestro César Ferreyra (fundador del Coro de Cámara), quien me enseñara a disfrutarlas.

Niño Dios de amor herido, de Francisco Guerrero

Ave Maria, de F. G.

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