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Florencia Araujo transita la carrera que anheló en la niñez

Recuerda cuando sus padres llegaron a casa, a la hora del almuerzo, con la música para violín que debía escuchar, grabada en un cassette, para su ingreso a la escuela Shinichi Suzuki. Ella tenía sólo tres años de edad.

“Me acuerdo que al escuchar esos primeros sonidos me puse a llorar, y que trataba de decir con el vocabulario de una niña de solamente tres años que esa música me emocionaba; 28 años más tarde, la música para violín me sigue emocionando de la misma manera”, afirma la violinista Florencia Araujo.

A los cinco años de edad, dio su primer examen para el ingreso al jardín de infantes de la Escuela de Niños Cantores de Córdoba.

Pertenece una corriente de músicos cordobeses que alcanzó a formarse, sucesivamente, con los maestros Carlos Giraudo y Finlay Ferguson.

A los once años de edad, la violinista ingresó a la Orquesta Sinfónica Infantil que dirigía Carlos Giraudo; “me mostró un mundo completamente desconocido para mí, que era el del camino profesional en la música”, comenta.

Por aquel entonces, la joven estaba parada en el umbral de la actividad profesional. “Ya empezaba a ser un tema de conversación con quién estudiabas, qué repertorio estabas tocando. En esa tiempo, conocí a Pablo Rochietti, que llamaba a mi casa para avisarme que en el Teatro del Libertador San Martín había función de ópera, o un concierto de la orquesta sinfónica”, cuenta la violinista.

Con su grupo de amigos de la orquesta juvenil, Florencia asistía a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, en el Teatro del Libertador San Martín. Después de la función, el grupo iba a comer hamburguesas a un local cercano al teatro. Las charlas sobre música y músicos se prolongaban en la sobremesa. “Debo decir que esos fueron de los años más felices de mi vida”, sostiene.

Más tarde, Florencia Araujo se incorporó a la Orquesta Académica Juvenil, que dirigía el maestro Finlay Ferguson. En esa instancia de su carrera musical, decidió embarcarse en un viaje para continuar su formación en Alemania, más precisamente, en Frankfurt, lugar donde reside actualmente.

Mientras fortalecía su preparación, dio clases de violín en la Escuela de Música Shinichi Suzuki. Se desempeñó como violinista en la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Córdoba y se unió a cuanto proyecto musical se le cruzaba en el camino. “Hasta trabajé seis meses en un crucero con un cuarteto de cuerdas para juntar el dinero para poder venir a estudiar a Alemania”, señala.

“No nos olvidemos que en Alemania la educación es pública, por lo que la concurrencia es de todas partes del mundo y es muchísima”, comenta.

En 2013, Araujo fue admitida por la violinista Yvonne Smeulersme para estudiar en el Conservatorio Dr. Hoch de Frankfurt. El objetivo estaba cumplido. En estos años, le pasó de todo: “cosas muy lindas a nivel personal y musical y otras muy duras como a cualquier extranjero en un país con una cultura, un idioma y una idiosincrasia tan diferentes a la nuestra”, recalca la artista.

Para devolverle a su ciudad natal algo de lo que ésta le dio, Florencia Araujo brindará una clase magistral abierta, los días sábado 28 y domingo 29 de julio próximo. “Cada alumno recibirá una clase individual de violín, además, habrá una clase grupal de la técnica corporal conocida como Feldenkrais, la cual ayuda a mejorar la postura y los movimientos a la hora de la práctica diaria del instrumento”, agrega la violinista. La actividad es organizada junto a Marta Murugarren, coordinadora pedagógica de la Escuela Suzuki.

Además, para quienes deseen escuchar su experiencia, la violinista dará un concierto el viernes 27 de julio en el espacio Pierrot Lunaire, en Entre Ríos 420.  En esta oportunidad, Florencia Araujo se reunirá con varios de sus amigos y músicos, entre ellos, el pianista Pablo Rocchietti. Juntos interpretarán un repertorio de cámara para violín y piano desde Vivaldi hasta Arvo Pàrt  y Piazzolla.

En el mes de agosto, la violinista dará una actividad similar, sobre trabajo postural en orquesta, destinada a la Orquesta Escuela Mediterránea.

Fotografía gentileza F. Araujo

2 Comentarios

  1. Marcelo Palacios
    17 junio, 2018 at 10:31 pm — Responder

    Cuando el talento y la vocación se unen en una bella persona. Te conocí como docente de la escuela pública de Córdoba y la honraste con tu profesionalismo.

  2. Valeria Martin
    14 junio, 2018 at 6:35 am — Responder

    Felicitaciones Florencia !!! Lo mejor para vos !!!! Abrazo

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