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Los hacedores de música

Los pocos creyentes que a media tarde ingresan a la casa matriz de la Orden la Compañía de Jesús en Córdoba, erigida en el siglo XVII, se acercan tímidamente al altar mayor, donde el Coro de Cámara ensaya una reconstrucción histórica de una música que llega a lo profundo.

“La capilla de música va unida a la propia infraestructura interna de la Iglesia, de tal manera que podemos afirmar que no había centro religioso, catedral, basílica, colegiata, monasterio o incluso convento que se preciase, que no dispusiese de un grupo de músicos propio -cantores e instrumentistas-, para dar mayor belleza a sus celebraciones litúrgicas. Su labor además llevaba implícito un cometido pedagógico convirtiéndose igualmente en auténticas instituciones de enseñanza musical”, cuenta María de los Ángeles Fernández-Marcote Fernández-Cano, investigadora española y miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

La organización del repertorio y la dirección de cantantes e instrumentistas en aquellos centros de producción musical, estaba a cargo del Maestro de Capilla. El imperio español trasladó a sus dominios en América aquella tradición musical, que se desarrolló alrededor de la liturgia. En esta parte del mundo, la música compuesta por los maestros de capilla en América alcanzó características propias.

El Coro de Cámara de la Provincia interpreta el programa Maestro de Capilla con dirección musical de Guillermo Pellicer, como director invitado, y el acompañamiento de los instrumentistas Marina Acuña -en clave-, Ana Herrera -en viola da gamba- y Alejandro Parino -en vihuela-. La función es el viernes 15, a las 21, en la Iglesia de la Compañía de Jesús, Obispo Trejo esquina Caseros. La entrada es libre.

“La producción musical en tiempos de la colonia se daba en las grandes catedrales de América. Muchas de las catedrales replicaban las obras originales compuestas en España y otras adaptaban o se reescribían para la realidad local”.

“Los Maestros de Capilla se encargaban de organizar íntegramente la interpretación musical de todos los servicios religiosos y tenían la obligación de componer música para las diferentes festividades religiosas, como Navidad o el Corpus Christi», comenta Pellicer.

La producción más relevante se dio en las capillas de música de las catedrales de México, Puebla, Ciudad de las Reyes -Lima-, y La Plata –Sucre -. Entre los compositores más destacados se encontraban Sumaya, Cespedes, Gaspar Fernández, Tomas de Torrejon y Velasco, Juan de Araujo y Diego de Salazar.

“Las fiestas más importantes se solemnizaban con festivales públicos, que incluían varias formas de espectáculo. Los villancicos que escucharemos en este concierto, proponen escuchar las historias de las diferentes festividades religiosas de una manera fresca y imaginativa”, concluye el director.

Fotografía © Clásica Córdoba

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