Cita Directa

Un plano de confluencia entre el ballet y el coro

 

La coreógrafa crea las formas que llenan el vacío con movimientos. Ligeti y Brahms le hablan del mundo transitorio y la esfera trascendente / Fotos Sergio Chalub

Cristina Gómez Comini, artista de reconocida trayectoria como bailarina, directora de compañía y coreógrafa, es la encargada de darle cuerpo a dos obras originalmente concebidas en la esfera de la música coral. Dos dimensiones, el próximo estreno del Ballet Oficial de la Provincia en el Teatro del Libertador San Martín, se mueve sobre Lux Aeterna, Noche y Mañana, de György Ligeti, y las Canciones de amor, para coro mixto y piano a cuatro manos, de Johannes Brahms.

Esta es, muy probablemente, la primera vez que la compañía y el coro trabajan juntos en una puesta sin orquestación. La dirección musical es del maestro Gustavo Maldino, uno de los directores más refinados del país. Un componente importante de la puesta es la iluminación, recurso fundamental para crear la atmósfera que exige el programa. El diseño de luces es de Rafael Rodríguez, actor y técnico teatral de reconocida labor.

Cristina Gómez Comini creó y dirige uno de los espacios más importantes destinados al desarrollo de bailarines. Danza Viva es el nombre de su centro de estudios, lugar ocupa un piso completo en el centro de la ciudad. El transeúnte desprevenido no repararía que a pocos metros del alborotado cruce de Colón y General Paz se ejercita el movimiento del cuerpo para comunicar un arte. Cristina Gómez Comini recibe en su estudio la visita de Clásica Córdoba para hablar de Dos dimensiones, la pieza que creó para el Ballet Oficial de la Provincia, un universo que ella conoce muy bien.

El programa comienza con György Ligeti, uno de los genios musicales del siglo XX y que la coreógrafa admira. Por eso, ella cuenta que cuando Walter Camertoni y Marcelo Mangini -miembros del staff de la producción artística y la dirección de la compañía oficial, respectivamente-, le propusieron un viaje creativo inspirado en obras del compositor húngaro no dudó en aceptar la propuesta. Las obras coreografiadas son Lux Aeterna, pieza que el director Stanley Kubrick popularizó en su película 2001, Odisea Espacial, Noche y Mañana. En otra dimensión, la propuesta incluye Canciones de amor, de Johannes Brahms, luego de un intermezzo en el que el coro interpreta Claude Debussy.

Desde un punto de vista, Ligeti y Brahms representan dos planos de la existencia: uno sobrenatural y otro terrenal.

“Ligeti propone un plano metafísico, un mundo de almas que buscan desesperadamente una luz que parece que no alcanzan. La obra genera una atmósfera maravillosa, y los bailarines traducen desde lo corporal ese espacio sonoro que está más allá de nuestra tierra”, reflexiona Gómez Comini.

“El gran desafío con la música de Ligeti es hacer visible algo que no se ve, mientras que materializar un vals, como en Brahms, quizá resulta más simple conceptualmente aunque es una tarea igualmente compleja en cuanto a la creación del movimiento. En Ligeti el gran desafío es materializar esa fuerza, esa energía intrínseca en la música del compositor húngaro”, argumenta Cristina Gómez Comini.

Del plano metafísico, el espectáculo se ubica en el plano de lo transitorio, terreno del hombre y sus circunstancias. En el medio, el Coro de Cámara interpreta en carácter solista Tres canciones de Chales D’Orleans, de Claude Debussy.

Las 18 Canciones de amor de Johannes Brahms presentan altibajos todo el tiempo, van y vuelven de la alegría a la tristeza. Ya que las piezas de este conjunto de canciones tienen una duración irregular, algunas son muy breves, la coreógrafa unió las partes con movimientos alusivos a la naturaleza. De ese modo, la compañía de ballet deshoja el destino del amor en un plano natural que bien puede ser un parque.

“En las dos obras hay momentos para los solos, pero todos los miembros de la compañía tienen la misma responsabilidad escénica en las dos coreografías”, anticipa la coreógrafa. “Todos los bailarines cumplen un rol importante dentro del grupo, por ejemplo, en Lux Aeterna participan 16 bailarines como un correlato con la obra que Ligeti compuso para 16 voces”, grafica Gómez Comini.

Funciones

Sábado 10 a las 21 y domingo 11 a las 20, Teatro del Libertador San Martín, avenida Vélez Sársfield 365. Platea 120, cazuela 100, tertulia 80 y paraíso 50 pesos. Horario de boletería de lunes a sábados de 9 a 20 horas y domingos de 14 a 18 horas.

 

Sin comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *