Cita Directa

Alejandra Urrutia: «Siento que la música me hace una mejor persona»

Alejandra Urrutia: estudio, técnica y sensibilidad.


Alejandra Urrutia es violinista, directora de orquesta y docente. Estudió en Chile, su país natal, y en Estados Unidos. Este año fue designada como directora de la Orquesta de Cámara de Chile, mientras dirige, en nuestro país, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe. Desarrolló su perfil educativo y formativo al frente de la Orquesta Juvenil de Curanilahue, qu nace en 1996. Alejandra Urrutia es una artista que cree firmemente en la excelencia musical de los proyectos que aborda, y una profesional que cree en la capacidad de la cultura para servir a los demás.

Invitada por el Teatro del Libertador San Martín, dirige la Orquesta Sinfónica de Córdoba, este viernes 20 de noviembre, a las 21.30, en la Sala de las Américas. La directora mantuvo una entrevista con Clásica Córdoba momentos antes del ensayo con la familia de los instrumentos de vientos de madera.

– ¿Cree usted que la condición de mujer hace más dificultoso desenvolverse en el mundo de la dirección?
– Esta pregunta es una que se me pregunta a menudo y siempre digo que yo puedo responder solo desde el lado de una mujer. Yo ignoro cuál fácil o difícil es el mundo de la dirección para un hombre. En lo que sí tengo convicción es que uno siempre tiene que estar lo mejor preparado posible. Y es desde esta convicción musical en el cual uno genera autoridad, no ocurre de ninguna otra manera.

– Cierta vez, usted contó que su primera experiencia como directora fue al frente de una orquesta de amigos, incluso, sin saber demasiado sobre la experiencia de dirigir ¿Cómo transitó el paso hacia la profesionalización?
– Cuando estaba terminando mi doctorado en violín comencé a tener interés por la dirección orquestal. Mi maestro de violín en ese momento, Paul Kantor, me sugirió de tocar dos obras que estaba estudiando con compañeros de la universidad. Y eso fue lo que hice. Toque de solista y dirigí desde el violin. A mi regreso a Chile, se me dio la oportunidad de comenzar a dirigir orquestas juveniles y fue en ese momento cuando comencé a estudiar dirección de verdad, haciendo cursos mayoritariamente en Estados Unidos.

– ¿Qué puede contar de la experiencia de dirigir orquestas profesionales en distintos países, como Chile y Argentina, y dentro de Argentina, por ejemplo, en distintas provincias?
– Cada país y cada orquesta tiene su forma específica de trabajar. En Estados Unidos y Europa la disciplina que existe mientras se ensaya es excepcional, mientras el director hace una sugerencia el silencio por parte de los músicos es absoluto. En nuestros países latinoamericanos no siempre te encuentras con orquestas con una disciplina excepcional, sin embargo podría decir que en Chile ya encuentras muchas orquestas en las cuales el momento de ensayo es sagrado y para mí es muy especial notar ese cambio en las orquestas chilenas cada vez que vuelvo. En Argentina, en mi experiencia, varía de orquesta en orquesta. Es bastante fascinante notar estos cambios.

– ¿Cuáles son las cualidades para ejercer la dirección, mantener la atención del conjunto, el respeto hacia la batuta?
– Como mencioné anteriormente, lo esencial es saber la música lo mejor posible y estar siempre abierto a nuevas posibilidades. El respeto hacia el director/a solamente ocurre cuando es un respeto mutuo y cuando hay una convicción musical. Por otra parte, la mayoría de las orquestas con las cuales trabajo son orquestas profesionales y, naturalmente, se da que el músico debe estar atento escuchando y reaccionando a lo que ocurre alrededor.

– Usted ha demostrado un particular interés por las raíces musicales de la comunidad andina, llevadas luego a un plano orquestal -Dos Conciertos Latinoamericanos, Suite Compadre Huashayo-. ¿Será que dentro de un tiempo, todos esos pequeños músicos, que hoy integran las orquestas infantiles y juveniles, revisionarán la música autóctona y la escribirán en formato orquestal?

– Es tremendamente importante estar en contacto con nuestra música autóctona. Mi formación musical ha sido siempre desde la academia, sin embargo me parece de gran importancia entender y conocer la música de nuestras raíces.

– Usted ha dicho en una declaración dentro de su página que «lo que mas requiere el mundo de hoy es que yo sea una persona buena, honesta, humilde». ¿Cree que la cultura, en algún tiempo futuro, servirá para atemperar los ánimos violentos que dominan el mundo de hoy?
– Desde hace mucho tiempo que siento que la música me hace una mejor persona. Recuerdo desde muy pequeña estudiar violin, y salir de la sala con un sentimiento de plenitud maravilloso que no lo he sentido en ningún otro ámbito de la vida. En estos momentos, para mí la música es una herramienta para perfeccionar mi ser, para encontrarme a mí misma, para expandir mi alma y mi entendimiento de la vida y de la belleza, una forma de buscar mi propia verdad. Una manera de encontrar paz interior y de irme a un espacio que es solo mío, que me acompaña, que me nutre y que me hace vibrar. El arte más que la cultura, es absolutamente la única herramienta que tenemos los seres humanos que nos acerca a lo divino, a la belleza, al amor, a la hermandad porque siempre tiene que ver sólo con uno mismo y si tú estás bien, vas a estar bien con los demás. El mundo de afuera (como percibes el mundo afuera) siempre va a ser un reflejo de tu interior. Si uno vive una vida violenta, verás el mundo de una forma violenta y si vives una vida desde el amor, solo percibirás el amor en otros, así de simple……


 

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