Canto a la reina de los cielos
El dúo Nautas: Griselda López Zalba y Ramiro Albino (Foto Gentileza)
Este viernes 11, a las 20, el Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda -Independencia 122- se convierte en escenario de un concierto muy especial: María, todo es María, antiguas músicas para la devoción mariana. Se trata de un repertorio exclusivamente dedicado a la madre de Jesús, que rescata obras europeas y americanas, entre estas últimas, de los archivos de las misiones de Chiquitos y Moxos, interpretadas por la soprano Griselda López Zalba y Ramiro Albino, en arpa y flauta, miembros del dúo Nautas. Como se recodará, Albino fue el solista invitado en el concierto de música barroca que la agrupación cordobesa Estilo XVIII brindó recientemente en el templo de Santa Catalina. El concierto es con entrada libre y gratuita, y se repetirá, el sábado 12 a las 20.30, en el salón Parroquial de la Iglesia de Villa General Belgrano -Vicente Pallotti 69-, con motivo de la apertura del ciclo conciertos El Rincón.
Las obras elegidas abarcan un vasto período que va de la Edad Media al Renacimiento y el Barroco. En un mundo en el cual la creación estaba dominada por hombres, María representaba «una madre con presente, pasado y futuro inmaculados, una madre que jamás los avergonzaría ni defraudaría», comenta Ramiro Albino en diálogo con Clásica Córdoba. La propuesta del dúo Nautas va más allá de lo musical, ya que el recital constituye una ocasión para recrear un ambiente de devoción pretérito que conserva la misma esencia de otros tiempos: la fe.
– ¿Qué puede contar del repertorio elegido para esta presentación?
– A lo largo de nuestra experiencia como músicos dedicados a los repertorios preclásicos, hemos tomado contacto con gran cantidad de obras de autores de distintos siglos y diversas nacionalidades. De esa manera, encontramos que buena parte del repertorio religioso que aparece en manuscritos o libros impresos está dedicado a la figura de la Virgen María. Coincidentemente, esas piezas están llenas de un afecto particular, aún dentro de modelos musicales que eran absolutamente convencionales y cotidianos en siglos pasados. Aprovechando las condiciones de algunas de esas músicas, tan íntimas y sentidas, hicimos una selección que se adapta a nuestro orgánico, pensando en hacer revivir posibles escenas domésticas en las que la gente rezaba con canciones en su entorno familiar.
– ¿Por qué motivos esta música devocional se convirtió en un capítulo aparte dentro de la música religiosa?
– La figura de la Virgen María fue identitaria para el catolicismo, y tomó mucha más fuerza después de la Reforma, momento en que la iglesia romana necesitaba separarse del protestantismo. Sin embargo, mucha de la música de este programa es bien anterior a esos siglos. Las causas de la proliferación de este repertorio son diversas, pero todas surgen de las necesidades espirituales de quienes vivían a diario la realidad religiosa de cada siglo de la Edad Media, Renacimiento y Barroco, que es lo que abarca nuestro programa. Lo que podemos y debemos tener en cuenta para comprender este repertorio es que la gente de aquellas épocas tenía una relación «cercana» con el mundo del Cielo: a diario dialogaba con los santos u otros personajes que habían trascendido al mundo material, sabía todas las historias de sus vidas terrenas (y todo cuanto habían hecho desde lo alto para intervenir en la cotidianeidad de sus existencias), y valoraba especialmente que en lo alto hubiera una fuerza femenina cuidando e interfiriendo por todos. A esa fuerza, María, reconocían como madre, con toda la fuerza y certezas que el concepto encierra, y desde ese lugar le dedicaban canciones, imágenes, textos, regalos, etc., del mismo modo que hoy muchos músicos, poetas, o pintores evocan a sus madres en obras donde vuelcan todo su potencial creativo y afectivo. Por otra parte debemos considerar que durante los siglos que abarca nuestro programa, el mundo de la creación artística «profesional» estaba liderado por hombres, y que buena parte de ellos eran sacerdotes o religiosos. La supuesta castidad en la que vivían les impedía relacionarse con el mundo amoroso desde lo físico, pero también desde lo intelectual. La figura de la Virgen María, entonces, les resultaba ideal, porque podían dedicarle poesías y canciones de amor, disfrazando o sublimando lo físico desde la piedad.
– María es una figura esencial para el culto católico ¿Cuáles son las representaciones que María adopta en estas canciones?
– Curiosamente este programa no hace alusión a ninguna advocación de la Virgen. Hay varias obras del monasterio de Montserrat, en España, y aluden a esa imagen, aunque muy poco. El resto del programa está dedicado por completo a su figura, pero no desde sus posibles apariciones o sus historias regionales sino desde los momentos de su vida: la Asunción, la visita a Santa Isabel, el nacimiento de Jesús, el momento en que ve a su hijo muerto en la cruz, etc. Aún así, el concierto no guarda un orden cronológico ni pretende un esquema narrativo.
– En cuanto a la autoridad de la Iglesia ¿Ejercía alguna regulación sobre las letras de las canciones?
– No me consta que hubiera una regulación directa, aunque indirectamente la iglesia de aquellos siglos fiscalizaba toda la creación humana, desde que era formadora (e incluso «inspectora») de conciencias. Tengamos en cuenta que todo el repertorio que hacemos en el concierto nació del seno de la misma iglesia, donde todos los que tocaban, cantaban o escuchaban esas músicas compartían ideas, creencias y valores. Nadie se animaría entonces a hacer algo políticamente incorrecto, pero además no lo intentaría, porque sería repudiado instantáneamente. Para terminar, retomo la idea de que todos en aquel tiempo sentían que la Virgen María era su verdadera madre, y no una madre comparable a la que todos tenemos o tuvimos, sino una madre realmente perfecta, una madre con presente, pasado y futuro inmaculados, una madre que jamás los avergonzaría ni defraudaría.
Ninna Nanna al bambin’ Giesù (Italia, siglo XVII)
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