Con las mejores expectativas
Nació en una ciudad atravesada por un río, el Suquía, y un arroyo, La Cañada. Hace poco trasladó su residencia a un lugar con varios canales navegables. En esta época del año, cuando aquí anochece cerca de las 20 allá el Sol entra en el ocaso a las 16. Diariamente se cruza con personas de distintas nacionalidades en un lugar donde “todos intentan adaptarse a las demás personas”. Mientras aquí la laxitud se entrega a sus caprichos por allá la puntualidad en la organización, especialmente, es muy importante.
Andrea Bellido, cellista cordobesa, está desde hace unos meses en la ciudad de Birminghan, en Gran Bretaña, donde fijó residencia para estudiar en el Royal Birmingham Conservatoire. El nuevo paisaje cultural no presenta para Andrea demasiados problemas de adaptación, por delante tiene un objetivo: educar su futuro.
Desde la ciudad de los canales, Andrea Bellido dialogó con Clásica Córdoba.
– Julian Lloyd Webber es el director del Royal Birmingham Conservatoire. Se lo conoce como «el decano de los violonchelistas británicos» ¿Has tenido oportunidad de charlar con él?
– Todavía no he tenido la oportunidad de charlar con él. Lo he visto en un par de ocasiones pero siempre está muy ocupado. Me encantaría tener la oportunidad de hablar con él y hasta poder tomar alguna clase, ya que Julian Lloyd Webber es un cellista muy reconocido a nivel mundial.
– ¿A qué tipo de beneficios o servicios adicionales se accede al estudiar en el conservatorio de Birmingham?
– Uno de las grandes beneficios es poder escuchar conciertos de conjuntos de cámara, orquestas y solistas con precios preferenciales o incluso gratuitos, ya sea en el Symphony Hall, que es el teatro principal de la ciudad de Birmingham, o en el mismo conservatorio que tiene varias salas para presentaciones en el nuevo edificio que se inauguro este año. También poder escuchar los ensayos de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birminghan, que son muy interesantes y se puede aprender mucho. Otro beneficio es acceder a aulas para estudiar, algunas con piano, con gran espacio para ensayar música de cámara incluso sábados y domingos.
– ¿Cómo podrías describir la disciplina educativa en el conservatorio?
– En el conservatorio, la disciplina educativa es bastante exigente. Todo está muy organizado con respecto a las clases académicas y del instrumento. En las primeras semanas de cursado, yo ya tenía los horarios de todos los proyectos orquestales en los que participaré en todo mi primer año. También la fecha y hora de las master classes que vamos a tener todos los cellistas en el primer semestre; en mi caso, es el mes que viene con Hannah Roberts, profesora en The Royal Northern College of Music, en Manchester. La puntualidad, las asistencias y las fechas de entrega de trabajos son muy importantes y exigentes. Todas las actividades están muy bien organizadas para tener tiempo de estudiar el instrumento y realizar otras actividades, como deportes, hobbies, conocer la ciudad o salir con amigos.
– En el conservatorio estudiás con el maestro Eduardo Vassallo.
– Así es. Conocí a Eduardo Vassallo hace cuatro años en el Festival Latinoamericano de Violoncellos de Buenos Aires; en ese festival obtuve el premio de Jóvenes Promesas del Futuro. Más adelante, tomé varias clases más con Vassallo en FEMUSC, un festival que se realiza en Brasil, y en el Festival Latinoamericano de violoncellos conseguí esta beca para estudiar en el Royal Birmingham Conservatoire. Vassallo es un muy buen profesor y una muy buena persona, así que me siento orgullosa de estudiar con él. En sólo dos meses de tomar clases siento que pude progresar mucho en el instrumento.
– ¿Cuáles son tus impresiones de la ciudad de Birmingham?
– La verdad que me sorprendió muchísimo. No es una ciudad tan grande como, por ejemplo, Londres. Es una ciudad muy bonita, con muchos museos, ferias, restaurantes y bares. Algunos edificios son muy antiguos y otros muy modernos, como el del conservatorio o el Symphony Hall, que tiene una sala de conciertos increíble y con una muy buena calidad en la resonancia. Allí tiene su sede la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham. También pude conocer los canales de la ciudad, que la verdad son muy hermosos, e incluso se dice que tienen más que Venecia. En ésta época, abren unos mercados navideños alemanes en donde venden cerveza y comida alemanas aparte de artículos navideños. A lo único que todavía no me acostumbro es al clima, ya que llueve mucho y en este momento es bastante frío. A las 16 empieza a oscurecer y a las 17 está completamente de noche.
– ¿Cómo te ha resultado el cambio cultural de una ciudad a otra?
– No he sufrido grandes cambios culturales como me imaginaba. Creo que en parte eso se debe a que en esta ciudad, como en muchas ciudades europeas, hay una gran cantidad de personas extranjeras. Hay muchos españoles y latinoamericanos. Al haber tanta cantidad de culturas diferentes, no resulta demasiado difícil acomodarse. Todos intentan adaptarse a las demás personas. Los mayores cambios culturales podrían ser la gran importancia que se le da a la puntualidad: si un tren o colectivo sale a una determinada hora y llegas 5 minutos más tarde, perdés el transporte. Otro cambio cultural notable es que las actividades habituales de las personas terminan muy temprano. La gente come muy temprano, la cena es entre las 6 y 7 de la tarde, lo cual me resultó bastante extraño. Los bares o restaurantes generalmente cierran entre las 11 y 12 de la noche, y son muy pocos los que siguen abiertos hasta las 2,3 de la mañana. Los conciertos suelen comenzar a las 7, 7.30 de la tarde.
– ¿Cuán presente está ahora aquel instrumento que tu padre, el luthier Gustavo Bellido, diseñó para vos, cuando eras una niña…?
– Afortunadamente, desde muy chica pude tocar instrumentos construidos por mi padre. Si bien el recuerdo de esa viola con puntal, que usaba como cello cuando era una niña, siempre estará presente, ahora tengo la suerte y el orgullo de poder tocar con un instrumento construido por mi padre con mucho amor, esfuerzo y completamente dedicado a mí, lo cual me hace sentir muy feliz.
– ¿Has pensado hacer música o de momento estás concentrada en el estudio?
– Estoy bastante concentrada en el estudio y en intentar avanzar mucho a nivel técnico y musical, así que de momento tocar como solista, no. Sin embargo, el conservatorio permite hacer música en proyectos orquestales y música de cámara. En estos momentos tengo un trío de violín, viola y cello. Para rendir instrumento se realiza un recital a finales del último semestre, así que la posibilidad de seguir haciendo música siempre existe.
– Antes de trasladarte a Birminghan tuviste ocasión de estudiar con Marcelo Montes en Córdoba ¿Cómo fue esa experiencia?
– Las clases con Marcelo Montes a lo largo de tres años fueron muy importantes en mi carrera musical. Trabajé muchos aspectos técnicos del instrumento, como escalas, estudios, paso de arco, etc. También me dediqué a mejorar las técnicas en el estudio en sí mismo, en la manera de lograr mejores resultados con menores esfuerzos, como él me solía decir. Siempre escuché atentamente todo lo que él tenía para decirme acerca del instrumento, de los profesores, y de cómo es estudiar en el exterior -el chelista Marcelo Montes se formó en Alemania-. Por otro lado, gracias a Marcelo tuve muchas oportunidades, como participar en el ciclo Córdoba Clásica y tocar en una gran sala de conciertos como es el Aula Magna. Definitivamente, la experiencia fue muy enriquecedora, siempre le voy a estar completamente agradecida por sus enseñanzas.
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