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Cristian Barrios está para servir al Rey

«Johann Sebastian Bach es el maestro incuestionable del órgano y la Iglesia del Santo Suplicio, en París, es la capital mundial del instrumento», dice Barrios.

El órgano de tubos es una fascinante maquinaria compuesta básicamente por una consola, en la que están los registros, los teclados y la pedalera, un fuelle que constantemente envía el aire a la secreta desde donde el aire es conducido a través de unas válvulas hacia tubos de diferentes longitudes, materiales y formas. Cristian Barrios era un niño cuando iba con su madre a escuchar el órgano de tubos en una iglesia en Salta, su provincia natal. Desde hace un tiempo, cursa en Córdoba una carrera universitaria vinculada a la aeronáutica y toca el órgano en distintos templos de la ciudad.

La fascinación de Barrios por esta compleja maquinaria viene de aquellas tardes de música celeste, en la Iglesia de la Merced en Salta. Ahí aprendió a tocar el órgano y conoció por dentro el funcionamiento del instrumento. «Al principio solamente iba a escuchar y ver cómo se tocaba el instrumento, después me dediqué a aprender a tocar», recuerda el joven organista. Su curiosidad por el mecanismo le dio elementos suficientes para restaurar algunas piezas dañadas en otros lugares.

Cuando Cristian Barrios se estableció en la ciudad de Córdoba, en el año 2013, encontró terreno para profundizar sus inquietudes acerca «Rey de los Instrumentos», como le llaman al órgano de tubos. En esta capital hay 15 órganos instalados en diferentes templos, de acuerdo a los órganos a los que Barrios pudo acceder su relevamiento. Barrios lleva un cuaderno con una ficha técnica, bien detallada, de cada unidad, procedencia y estado actual.

El intérprete Adrian Terraza abre un ciclo de conciertos de órgano, este domingo 6 de agosto, a las 17.30, en la Capilla del Paseo del Buen Pastor. Allí quedará instalado un órgano electrónico que puede reproducir los registros sonoros del antiguo órgano de tubos que hubo en ese lugar.

A raíz del estrecho vínculo con los órganos de tubos, Cristian Barrios aprendió el mecanismo y también a reparar averías que impiden el normal funcionamiento, por lo que en cierta manera es un «organero» de oficio. Mantener en movimiento esta compleja maquinaria que transforma el aire en sonidos es muy importante. El órgano de tubos necesita aire y movimiento para vivir.

Los últimos miércoles de cada mes, Cristian Barrios brinda una charla y hace escuchar el órgano que está en el Museo Histórico Provincial Marqués de Sobre Monte. Estas sesiones son a las 15 y abiertas al público. Los miércoles toca antes de la misa, de 17 a 18.30, en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Figueroa Alcorta 160 -Cañada-, los martes de 16.30 a 18, en la Iglesia San Francisco, en Buenos Aires y Entre Ríos, y los días domingos, a las 20, acompaña la misa en la Iglesia del Pilar -construida en el año 1772- avenida Emilio Olmos 254.

En la ciudad de Córdoba, Cristian Barrios comenzó a tocar el órgano que está en la Parroquia de María Auxiliadora, en la esquina de Colón y Mariano Moreno. Luego accedió a tocar el órgano de tubos que está en el coro de la Iglesia de San Francisco, Monumento Histórico Nacional, que pertenece a la primera orden religiosa establecida en la ciudad. La construcción del templo comenzó en 1796 y terminó en 1813. De acuerdo a la opinión del organista la arquitectura acústica del lugar permite la reverberación justa. Por esa razón cuando se escucha el sonido del órgano de tubos se tiene la impresión de un presente absoluto.

«Cada organista tiene su propia registración y su propio estilo», señala Barrios. El órgano fue concebido para elevar los cantos y loas de la feligresía -cuenta-. Creo que para una misa los registro elementales que se debe usar son flautas, bajos y tubos labiales». El instrumento que Barrios toca habitualmente en la Iglesia de San Francisco, además de aquellos registros, tiene otros como los llamados Voz Humana, el Lleno, Voz Celeste, Violas, Bordone y Principal.

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