Cuatro partes de todo un Mozart
Pablo López, Santiago Ruiz y Mauro Asís, tres de los protagonistas del festival Mozart / Foto Sergio Chalub
Fue una función tocada por la gracia. Delicadeza, galantería y respeto por un clásico que admite nuevas maneras de disfrutarlo. Los cuatro capítulos del inmenso Wolfgang Amadeus Mozart que interpretaron la Orquesta Sinfónica de Córdoba y el Polifónico de la Provincia comenzaron con la Sonata da chiesa, KV 329. Como para dar inicio a la ceremonia, el programa abrió con una de las 17 sonatas que Mozart escribió para ser escuchadas durante la misa.
El maestro invitado, Santiago Ruiz, dirigió esta nueva presentación de la orquesta sinfónica y el coro polifónico en el Teatro del Libertador San Martín. Ruiz lleva adelante una sostenida labor de extensión en escuelas y un ciclo de conciertos como director de Orquesta de Cuerdas Municipal de Córdoba y el coro de la Cantoría de la Merced -con esta última agrupación, viajarán la semana que viene a España para representar a la Argentina en dos importantes festivales de la música coral-.
En orden al programa elegido, la orquesta mostró al Mozart de concierto en el Concertone en do mayor para dos violines y orquesta, KV 190. La relación entre los solistas, Pablo López y Mauro Asís, y el acompañamiento instrumental fue estupendamente abordado. Los violines solistas tuvieron el protagonismo, y su interacción con el primer oboe, Selene Diehl, y el primer violoncello, Mancelo Montes, resultó un deleite.
El Coro Polifónico de Córdoba volvió a cantar en su casa, la sala Francisco Tamburini
Luego de un intervalo, siguió el Mozart lírico interpretado en dos partes. Nora Oviedo -soprano-, Mariana Miranda -mezzosoprano-, Daniel Asrin -tenor- y Angel Carranza -bajo-, miembros de la masa coral que conduce la maestra Lucía Vallesi, y la orquesta encauzaron la bravura y el sosiego, la alegría y el júbilo que expresa una fe, en los pasajes de la Missa Brevis, KV 275, y el canto de Regina Coeli, KV 276.
Todo era fervor en la parte final del concierto, dedicado al tratamiento de cuatro facetas de Mozart, compositor de 600 obras en sus 35 años de vida.
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