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Garantes de una tradición coral

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Maldino y Pellicer, director y subdirector del cuerpo estable, en un ensayo en el Teatro Del Libertador / Fotos Sergio Chalub .

Gustavo Maldino, Guillermo Pellicer y Carlos Del Franco son el director general, el subdirector y el copista del Coro de Cámara de la Provincia de Córdoba. Ellos forman algo así como lo que en la jerga futbolística se llamaría una línea de tres, que se entiende cuando juega. Minutos antes de las 17 horas, todo está dispuesto para un nuevo ensayo del Coro de Cámara antes de su actuación en el Centro Cultural Néstor Kirchner, en la ciudad de Buenos Aires. Será este jueves 24.

Los forjadores

Mientras que en la Sala Teodoro Fuchs del Teatro Del Libertador las voces del coro quedan en manos de Guillermo Pellicer, quien dirige parte del programa que se dará en Capital Federal, Gustavo Maldino mantiene una entrevista con Clásica Córdoba, en la sala de Archivos del centenario coliseo. El director, hombre de reputada trayectoria, aprovecha la ocasión para recordar a los forjadores de la actividad coral en Córdoba, que influyeron en la formación de este cuerpo artístico oficial.

Gustavo Maldino comienza recordando al maestro Herbert Diehl, «quien es uno de los que llevó a Córdoba a convertirse en una potencia coral». Diehl «fue uno de los hacedores más importantes de la actividad musical de Córdoba. Si Herbert fue el pedagogo, el iniciador, César Ferreyra fue el artista, el que llevó a este organismo a ser uno de los más importantes del país; en Alemania, inclusive, el coro recibió elogiosos comentarios por su interpretación de Brahms», dice el director del cuerpo estable.

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La preparación del repertorio está en sus manos.

La tradición

Maldino cree que su misión al frente del coro consiste en conservar una tradición dentro de la música de cámara: «Uno debe ser un celoso guardián de la música camarística que dejaron los maestros; César Ferreyra decía que el peor pecado que un músico puede cometer no es desafinar, estar fuera del ritmo, no escalar, sino aburrir. El maestro hacía música con una expresividad y una profundidad tal que llegaba al corazón y a la mente de cada persona, ya que consideraba que la partitura era un punto de partido, no un fin».

Dentro de ese acervo, «está la responsabilidad de interpretar obras que por su complejidad no puede ser encaradas por organismo vocacionales, obras que verdaderamente no se encuentran en los repertorios habituales de los coros vocacionales».

Con relación al programa que el Coro de Cámara brindará en Buenos Aires, el director Gustavo Maldino señala que viene a cuento del desarrollando de programas que conjugan la música antigua con la música del siglo XX. «Una obra de fines del medioevo con otra de principios del siglo pasado funcionan muy bien juntas». En ese sentido, el coro interpretará obras de Josquin Des Prés, Zoltán Kodály y György Sándor Ligeti.

Esos «extremos de la música coral», como los define Gustavo Maldino, son los que el coro ha unido en su ciclo de conciertos en la Iglesia de la Compañía de Jesús, programa que el año que viene cumplirá 10 años de trayectoria.

 

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