Cita Directa

Hugo de la Vega, premio a la Cultura

 

«Lo importante no es uno, sino la obra», dice simplemente el maestro De la Vega.


Heredero de las mejores tradiciones de la enseñanza coral en Córdoba; Niño cantor; Autodidacta; El movimiento de sus manos dibuja un paisaje, que otros ven y convierten en música; Hugo César de la Vega es una figura de la cultura argentina; Querido y admirado en la misma medida.

En un acierto digno de quien será homenajeado,  Hugo de la Vega recibirá el Premio Universitario de Cultura 400 Años, de manos del rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Dr. Francisco Tamarit, y la vicerectora, Dra. Silvia Barei. El acto será el lunes 26 de octubre, a las 19, en el Salón de Actos del Pabellón Argentina -Ciudad Universitaria-. En sus fundamentos, la resolución de la universidad nacional destaca que Hugo de la Vega «ha aportado a la difusión y jerarquización de nuestra música folklórica a través de su labor como intérprete, arreglador y director de coros».

– Maestro De la Vega ¿Por qué razones la actividad coral es una parte sustancial en la producción artística en Córdoba?

– Son varias las razones. Hemos tenido la suerte de contar con grandes maestros que hicieron escuela. Maestros como César Ferreyra, Mario Perini, Conrado Mirándola, Herbert  Diehl, Memy Sánchez  y varios más. Fuimos la primera provincia que tuvo una Escuela de Niños Cantores dependiente del Ministerio de Educación, es decir, una institución provincial,  la cual nutrió a todos los orgánicos que Córdoba tenía y tiene. Carlos Giraudo, niño cantor, fue director de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, yo mismo he sido 15 años director del Coro Polifónico de la Provincia, y Carlos Flores, director del Coro de Cámara.  Sus egresados se expandieron dentro y fuera del país, siendo muy bien considerados en el rubro coral, orquestal y más allá.

– ¿Cómo nació su carrera artística y quiénes fueron sus maestros?

– Fui niño cantor fundador del primer Coro de Niños que tuvo Córdoba, y el maestro Herbet Diehl, dejaba muchas veces el coro a mi cargo. Ese fue mi comienzo. A la vez, comenzaba a formar grupos vocales, y para ello era necesario hacer arreglos sobre todo de música Argentina. No quiero olvidarme de quien comenzó a guiarme en armonía y contrapunto, el maestro Nicolás Alessio. Todo este proceso fue por iniciativa propia, soy autodidacta. Fue fundamental observar los ensayos del maestro César Ferreyra  con el Coro de Cámara,  eran verdaderas clases magistrales. También debo agregar que me nutrí con maestros como Mario Perini, Felipe Vallessi de Mendoza, Petrachini (padre) de San Juan, el maestro Baeza de Chile, entre otros.

– ¿Qué valores ha sembrado en sus discípulos como director coral? Por ejemplo, Matías Saccone destacó su pasión y creatividad a la hora de encarar proyectos.

– Esto debería ser contestado por quienes cantaron conmigo. Siempre insistí en estudiar el material por muy simple que fuera. Que fueran más allá de las notas y los acordes. Valorar mucho el texto que se está cantando. Que la partitura es una guía, que uno le puede dar y sacar más de lo que aparenta. Que el material está lleno de rincones, donde sólo algunos llegan y otros simplemente solfean. Que el gesto (manual)  no sólo debe batutear, se debe insinuar, dibujar, debe dejar fluir la música, no entorpecerla. Y que lo importante no es uno, sino la OBRA. Desde siempre, impulsé y di posibilidades para aquellos a quienes le veía dotes musicales tanto en la dirección como en lo vocal.

– ¿En qué momento de su carrera artística recibe usted el reconocimiento de la Universidad Nacional de Córdoba?

– En un momento en que estoy haciendo lo que siempre hice, dirigir coros. Que disfruté al máximo el cantar y el compartir esa experiencia que es única.

– Maestro, ¿Qué fue Casa Azul?

– Una enorme utopía hecha realidad, que hicimos junto a otros grandes maestros, como Armando Ruíz, Beatriz Masiá, con la ayuda de Emilio Nazar, fundamos La Casa Azul, Centro de Estudio por el Arte. Se implementaron casi todas las disciplinas, teniendo en cuenta quienes la guiaban; Un gran profesor de Plástica como Armando, quien era docente en la U.N.C., Beatriz, profesora de teatro, y quien escribe, en Música.

Reseña

Hugo de la Vega es miembro de la primera formación del Coro de Niños Cantores de Córdoba. Fundó y dirigió el Coro de Cámara de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano. En su extensa labor, organizó numerosos grupos corales e integró diversas organizaciones dedicadas a promover la música coral mediante festivales y concursos.
Dio origen al grupo Azul, que alcanzó trascendencia dentro y fuera del país -Primer Premio al Mejor Grupo Vocal de Cámara en 1968 y Revelación, Cosquín 1969-.  En 1976 abrió el centro cultural “Casa Azul”, sin embargo cerró a los pocos meses por el golpe militar. Fundió y dirigió el grupo Magüey.
En cuanto a su labor como director, condujo el Coro Juvenil Mixto dela Escuela de Niños Cantores de Córdoba, el Coro Polifónico del Teatro del Libertador General San Martín, el Coro del Seminario del Teatro San Martín, dirigió el Coro de Niños Cantores de Córdoba.
En su faceta como hacedor, se recuerdan los montajes de Mandingo, recopilación de canciones afro y el traslado hacia tierras americanas convirtiéndose en canciones de trabajo, negros spirituals; Jazz sin Barrera; Cuchicheando, homenaje al Cuchi Leguizamón; El Escuchao, homenaje a Atahualpa Yupanqui; la Cantata Laxatón y Cardoso de Gulevandia, obras cedidas por Les Luthiers; la ópera infantil El arcón de Sancho Panza, del compositor argentino Oscar Escalada; Con-cierto Swing, una aproximación al jazz, sus raíces y su evolución; Mujeres Argentinas, de Ariel Ramirez, y la Suite para la buena tierra, de Miguel Ángel Inchausti.

1 Comentario

  1. cristina Maria scotti
    29 enero, 2016 at 2:17 pm — Responder

    Hugo Cesar de la Vega un Gran Maestro para la cultura de Córdoba. Una ciudad donde nacen grandes ejemplos a seguir.

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