«La clave está en el trabajo en metas, entrenamiento y formación de los profesores»
«En nuestro país existe una inclinación de los compositores a desarrollarse utilizando material de la música tradicional o popular», dice el músico y docente en su paso por Córdoba.
El flautista, compositor y director venezolano Raimundo Pineda dirige el concierto de cierre del Curso Internacional de Flauta, Piccolo y Ensambles de Flauta, este martes 13, a las 21.30, en el Teatro del Libertador San Martín -Av. Vélez Sársfield 365-, con la actuación de la Orquesta Académica Juvenil. La función da por culminado el curso, que contó con el auspicio del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, la Escuela de Música Shinichi Suzuki de Córdoba, la Universidad Provincial de Córdoba y la Agencia Córdoba Cultura. La entrada general de de 40 t.
El programa de esta función incluye el Concierto N°2 para cuarteto de flautas, orquesta de cuerdas y percusión, del mismo Pineda; El río de siete estrellas, poema sinfónico de Envencio Castellanos; El tarco en flor, poema sinfónico de Luís Gianneo.
Cabe mencionar, que la presencia del maestro ha sido propiciada por Silvina López, docente del Conservatorio Félix T. Garzón, y Finlay Ferguson, director de la Orquesta Académica Juvenil del Teatro del Libertador. Al curso asistieron músicos, alumnos, graduados y docentes, algunos de los cuales vinieron desde Jujuy, Rosario y Buenos Aires.
Raimundo Pineda se define como un “músico venezolano fruto del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela”. El sistema, creado por José Antonio Abreu, ha resultado tan efectivo que muchos de sus maestros son educadores solicitados en distintas partes del mundo, para crear orquestas infantiles y juveniles con características similares a las del país caribeño.
– Maestro, ¿Qué el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela?
- El llamado «Sistema» es una fundación del Estado venezolano fundada hace 40 años por el maestro José Antonio Abreu. Es una sistema de enseñanza musical que parte de la ejecución de la música a través de la propia orquesta, primero en grupos preinfantiles, infantiles, juveniles y, posteriormente, profesionales. Rompiendo un poco el esquema tradicional de enseñanza de la música, en la que el niño, tiene primero que pasar por el estudio de 4 o más años de solfeo y teoría, contrapunto, armonía, fuga, formas, textura musical etc., el sistema propone a la orquesta como vehículo de enseñanza, a través de la ejecución temprana de un repertorio orquestal especialmente priorizado, escogido para cubrir más rápidamente gran parte de los objetivos, que la educación tradicional toma años en cubrir.
– ¿Cuál fue la llave que José Antonio Abreu usó para poder poner en funcionamiento el Sistema?
– La clave es el trabajo enfocado en metas específicas, el entrenamiento continuo, la formación de los profesores que imparten los objetivos y la continuación del proceso a lo largo de los años, sin importar el partido ni el gobierno imperante. Ha sido determinante la capacidad del maestro Abreu para convencer a los diferentes gobiernos, que además de ser un proyecto que empezó como una alternativa a la enseñanza musical, el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela se ha convertido en un proyecto social que va más allá de la orquesta, ofreciendo la oportunidad de desarrollarse social y humanamente a una población infantil en alto riesgo social, alejándola del ocio y de los peligros del entorno y la pobreza.
– ¿Cuál es la función de la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar en la estructura de ese sistema?
- La OSSB es la punta de lanza del sistema, fundada alrededor de 1978 fue la primera en obtener un nivel considerado profesional. Está formada por músicos provenientes de todo el país, que formaban a sus vez la mejor representación de sus provincias, los llamamos «estados» en Venezuela. Ha sido dirigida además de por el propio maestro Abreu por todos los directores jóvenes y experimentados de Venezuela, y ha tenido la oportunidad de trabajar con importantes maestros internacionales, como por ejemplo, Carlos Chavez, Simón Blech, Meli Metha, Zubin Metha, Eduardo Mata, Sergei Senko, Badura Skoda, Saint Claire, y tantos otros. Hemos tenido, además, la oportunidad de acompañar a muchos de los solistas más renombrados del siglo XX, como Riggiero Ricci, Jean Pierre Rampal, Maurice Andre, Plácido Domingo, Pavarotti, Renata Scotto, Zukermann, Puyana, Salvatore Accardo, entre muchos otros.
Dos mundos sin prejuicios
En orden a su faceta como compositor, Raimundo Pineda ha explorado un lenguaje que maneja las raíces tradicionales y sus elementos desde un punto de vista vanguardista y audaz. Su catálogo de obras incluye ocho conciertos para instrumentos solistas, piezas para cuartetos y orquesta de flautas, ensambles mixtos, quintetos de vientos, y orquesta sinfónica. Algunas de sus obras han sido grabadas por diferentes agrupaciones y solistas dentro y fuera de Venezuela.
– Maestro, ¿Cómo le resulta conciliar las ricas fuentes del folklore venezolano con la tradición llamada culta o académica?
– En nuestro país existe, paralelamente a la corriente vanguardista o contemporánea, una importante inclinación de los compositores a desarrollarse estéticamente utilizando material de nuestra música tradicional o popular. Muchos intérpretes y compositores han desarrollado un lenguaje que amalgama los dos mundos sin ningún prejuicio, es más, simbióticamente utilizan elementos que van de una a otra orilla de estas dos corrientes. En mi caso particular, me considero primeramente un ejecutante, que por razones de necesidad o de búsqueda personal empecé a andar los caminos de la creación. La influencia de la música tradicional me vino entonces como ejecutante, y por el hecho de formar parte de algunos ensambles de cámara que abordaron el repertorio popular con instrumentos del llamado mundo académico. Más tarde, cuando empecé a componer, nada de esto me era ajeno, y seguí tratando de desarrollar una voz, como creador, en la que estuviera siempre presente el discurso de la música tradicional.
-¿Se puede hablar de un estilo sinfónico americano, que echa raíces en su paisaje y su música folklórica?
– El Nacionalismo, claramente tardío, que se dio en nuestra América Latina nos ha dado una identidad musical reconocible, con unos exponentes de muy alta factura y oficio. Sin estar inscritos en un movimiento propiamente ordenado, mentes brillantes como las de Villa-Lobos, Ginastera, Camargo Guarnieri, Orbón, Moncayo, Estevez, Castellanos y Carreño, sólo para nombrar unos pocos, han desarrollado obras importantes que los estudiosos han agrupado como música con elementos nacionalistas. En la actualidad, se ha llegado a hablar de un Neo-nacionalismo, término un poco irrelevante a mi parecer, ya que, en mi modesto concepto, lo que creo que ha pasado es que el ciclo no se ha cerrado completamente ¿Eso pudiese ser llamado un estilo sinfónico americano? A mi parecer, si. Ahora, en el presente, tengo otras consideraciones que hacer. Los compositores siguen haciendo uso de sus influencias y las utilizan según su criterio personal, ya que se ha perdido por completo el signo de la cofradía, del “ismo», del movimiento colectivo en pos de una meta común. En muchos países americanos, conviven los compositores que defienden la experimentación sonora, tímbrica, la vanguardia con sus miles de aristas, y los que defienden a capa y espada una empolvada tonalidad, que a veces se contagia de Romanticismo y otras de Nacionalista.
Audio
Concierto N° 2 para cuatro flautas, cuerdas y percusión, de Rimundo Pineda. Intérprete Miquirebo Cuarteto de Flautas de Venezuela y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.
Fuga criolla, de Juan Bautista Plaza. Intérprete Orquesta Sinfónica Simon Bolívar de Venezuela, dirección de Raimundo Pineda.
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