Con un entretenido programa de concierto, el dúo Avalle-Schreiner transita distintos períodos de la música para chelo y piano. Dentro de poco, los músicos realizarán una gira internacional.
Cordobés, nacido en Villa Allende, Hermann Schreiner es solista adjunto de violonchelo en la Orquesta Estable del Teatro Argentino, en La Plata. Estudió con Cristian Montes, a quien reconoce como su principal maestro. Hace poco formó un dúo junto al pianista Leandro Avalle, quien nació en Buenos Aires, vive en Barcelona, donde trabaja como sesionista y dirige una agrupación de tango.
Los últimos meses del año se presentan relativamente intensos para Schreiner. Al tiempo que desarrolla su actividad profesional en la orquesta, el chelista coordina ensayos con miras a su debut en Córdoba y prepara la gira europea del dúo, que por ahora tiene fechas programadas en España, Francia y Alemania. También organiza algunas visitas familiares, un tanto postergadas a raíz de las exigencias del trabajo.
Su comunicación corre por un canal fluido y claro, y adopta un tono de erudición cuando debe echar luz sobre el repertorio del instrumento que Hermann eligió como una extensión de su voz. El destino del violonchelo y su provechosa relación con el piano quedan al descubierto en el programa “De Beethoven a Piazzolla”, que el dúo Avalle- Schreiner interpretará el próximo jueves 21, en Pierrot Lunaire.
El programa elegido surca los caminos tomados por un instrumento que paulatinamente fue emergiendo hasta alcanzar el perfil de una voz solista. Hermann Schreiner adelanta las claves del repertorio: “Empezamos con las Variaciones para chelo y piano, de Ludwig van Beethoven, una obra no muy conocida, creada a finales del 1700 a partir de un tema muy simple y bello de un oratorio de Händel. La obra nos da una gran idea sobre la forma compositiva de un Beethoven temprano. De ahí vamos un poco más adelante, no tan lejos, y pasamos a una pieza titulada Canción sin palabras, de Félix Mendelsshon, muy linda pieza, breve, muy interesante ya que muestra el nuevo carácter Romántico del siglo 19 en una obra lírica y simpática, que admiro”.
Atravesado el camino que la sociedad entre el chelo y el piano transitó por el Clasicismo y el Romanticismo, el programa se detiene en el siglo XX con la “Pampeana N° 2”, de Alberto Ginastera, “una pieza que retrata la llanura y sus estados desde la tranquilidad al caos de la estepa”, comenta el chelista.
El repertorio contiene una porción importante de música latinoamericana, lo cual revela la intensión del dúo de mostrar su identidad a audiencias de otras culturas, que visitarán en los próximos días cuando inicien la gira europea; “Nos parece muy importante difundir la música argentina en el mundo”, considera el solista de chelo.
“En la segunda parte continuamos con El canto del cisne negro, de Heitor Villa Lobos, que es el final de un poema sinfónico muy bello que tiene un gran solo de chelo y arpa (aquí reemplazada por el piano). Luego, seguimos con Tres piezas para violonchelo y piano, de Nadia Boulanger, la gran pedagoga y compositora francesa, que enseñó a Stravisnky y Piazzolla”, continúa Schreiner.
La obra de Boulanger dirige nuevamente el repertorio hacia la música argentina, ya que la descollante evolución de Astor Piazzolla en alguna medida a que Boulanger le aconsejó al hombre que reinventó el bandoneón que se dedicara a esa nueva música que él mismo estaba gestando.
Entonces, el paso de un estado a otro en la sociedad entre el chelo y el piano desemboca naturalmente en Astor Piazzolla: “Le grand tango, una obra increíble y muy virtuosa, que Piazzolla compuso para el chelista ruso Mstislav Rostropóvich. también, tocamos La rosa y el sauce, de Carlos Guastavino, una pieza para cantante y piano en la que la voz del cantante es asumida por el chelo y el resultado suena increíble”.
“Para mí, y no es porque sea chelista, la música para chelo y piano es de las más lindas que hay -concluye Hermann Schreiner -. A diferencia del violín que siempre fue protagonista, el chelo fue ganándose un lugar como instrumento solista”.
Agenda
“De Beethoven a Piazzolla”, a cargo Hermann Schreiner y Leandro Avalle, en chelo y piano. Martes 19, a las 21, en la Estancia Jesuítica de Jesús María. Jueves 21, a las 21, en Pierrot Lunaire, Entre Río 420. Entrada general 300 pesos.
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